sábado, 6 de febrero de 2010

La montaña blanca

Estamos orando en el templo, sabemos que los enemigos se acercan con afán destructor. No queda mucho tiempo, al terminar la oración permanecemos sentados en flor de loto con los ojos cerrados. Los más jóvenes corren pero eso no impide que sean masacrados. Al interior del templo todo es un caos de sangre y cadáveres, el azafrán de las túnicas está manchado de sangre. Antes de morir veo entrar al templo a un joven discípulo, se sostiene en pie con gran dificultad, veo el por qué, sus rodillas están pulverizadas, son una masa sanguinolenta, lo último que veo es su expresión de dolor. No faltaba mucho para su iniciación como monje, ahora tendrá que esperar a otra encarnación... una sombra se acerca por detrás para asestarle el golpe mortal, por la espalda. Veo al traidor, un monje indisciplinado dedicado a copiar los libros sagrados ha sido el traidor. O uno de ellos... Mis ojos se cierran ante la cercanía de la luz... Todo es blanco ahora ,en la delgada atmósfera de las montañas nevadas, el viento es lo único animado en la desolación.

Abro nuevamente los ojos. Ha pasado tanto tiempo. El joven mutilado sufrió tanto a manos del traidor, el golpe mortal le atravesó la garganta y se ahogó en su propia sangre. Curiosamente la hija del traidor sufrió una muerte semejante al morir ahorcada. Imagino que el karma que el padre ocasionó lo pagó con lo que más quería: la vida de su hija. Gracias a su traición el copista pudo acumular grandes riquezas y vestir con las más costosas túnicas, sin embargo jamás volvió a conocer la felicidad o la tranquilidad. Un doloroso cáncer terminó sus días, lenta y dolorosamente, con el tiempo suficiente para rumiar sus crímenes. Todo se paga no cabe duda. Por extraño que parezca recuerdo todo como si hubiera sido ayer.

He renacido muchas veces, pero no es hasta ahora que mi conciencia despertó. Se está abriendo nuevamente el camino a la montaña blanca, como la llamaron los habitantes de las estepas, nosotros la conocimos como Shambala y en la literatura ha llenado la imaginación del mundo como Shangri-la la ciudad de los dioses. ¿Será verdad la profecía del Buda? En sus visiones aseguró que todos los que alguna vez fuimos elevados en Chang Shambala para conocer los misterios de Kalachakra volveríamos a encarnar en un tiempo como éste, en donde reina un materialismo brutal.

Debo apresurarme, las campanas están sonando y aún me faltan varias cuadras para llegar al templo. El tráfico es muy pesado a esta hora de la mañana y un joven acaba de echarme jabón en el parabrisas, debo hallar alguna moneda para dársela, aunque no será suficiente; y luego el problema del estacionamiento, en fin, los problemas cotidianos se imponen sobre la imagen mental de la sangre sobre la tela amarilla...